Historia
Primitivamente esta región estuvo poblada por tarascos y chichimecas. Hacia los años de 1760 a 1768, unos señores de apellido Hernández Gamiño eran arrendatarios del rancho de Santa María, distante una y tres cuartos de legua al oeste de la actual ciudad. Como quisiesen fundar una congregación en el predicho rancho, hicieron las gestiones pertinentes ante la Audiencia de Guadalajara. Más sucedió que otras personas de apellido Camarena, que rentaban la ranchería de Ramblazos, distante una legua al este, pugnaron para que tal núcleo de población se estableciera en el rancho que arrendaban, suscitándose un difícil pleito. La Real Audiencia de Guadalajara, obrando salomónicamente, ordenó que la fundación se hiciera en un sitio equidistante de las dos rancherías. La fundación se llevó a cabo en una parte de lo que fuera el feudo de la hacienda de Santa Ana Apacueco, propiedad del marqués consorte de Altamira, Pedro Pérez de Tagle, el 12 de diciembre de 1772. A la sazón de ese sitio moraba la familia Aranda, formado por españoles pobres, de la que el poblado tomó el nombre. Se le llamó Santa María de Guadalupe de los Aranda. Los fundadores fueron las familias: Aranda, Camarena, Hernández Garmiño, además de los Hernández Rull.
En el año de 1810 fueron fusilados, Ignacio Infante, alcalde de la población; Francisco Vázquez, Ignacio Lara y Juan González Hermosillo, primeras víctimas de Arandas por la causa de la Independencia. La construcción de la parroquia se inició en 1803 por el obispo de Guadalajara don Juan Cruz Ruíz de Cabañas; su primer campana fue fundida en 1787. Arandas cuenta con escudo de armas, creado y ejecutado por Indalecio Ramírez Ascencio, dicho escudo lleva por lema: “Tierra pobre, gente laboriosa”. El 14 de noviembre de 1824 Arandas formó parte del departamento de Atotonilco. El 8 de abril de 1844 se estableció ayuntamiento. El 9 de julio de 1875 fue erigido municipalidad y el 17 de septiembre fue elevada a la categoría de ciudad.
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